Me consta que más de un lector es papá, yo desde luego no -que yo sepa claro- y no voy a decirle a nadie como debe criar a sus bambinos, pero como todos yo fui niño, fui al colegio y aprendí más o menos una serie de cosas que me han sido más o menos útiles.
Sin entrar en debates de lo mal que está el sistema educativo hoy me gustaría, con la perspectiva del tiempo, hablar de aquellas 5 cosas que me hubiesen venido de perlas y que nadie te enseña en todos los años que pasas encerrado en un aula. Si tienes hijos, sobrinos o hermanos pequeños hazles un favor…!enséñale tu!:
1. Nociones de seducción:
Está claro que a un niño pequeño lo de la seducción se la trae al pairo, pero creo que a partir de los 14 años no está de más ir aclarando ciertas cosas además de donde están los órganos reproductivos y sus funciones.
Vale, está bien que en la adolescencia un chaval sepa como evitar el embarazo, pero este ni siquiera es un problema cuando el chico no sabe que hay una cosa llamada “atracción” y que sin esta por muy buenas cualidades que uno tenga las chicas te toman como una amiga más.
Paso uno: enseña al amiguete qué es crear atracción y que ciertas cosas funcionan mejor que otras -no hace falta que les leas todo “Aprende Seducción”- como por ejemplo el humor chulo y algo de desinterés activo. Paso dos: enséñale sobre sexualidad, ya que después del paso uno si que es más posible que le haga falta ese conocimiento.
Con suerte tal vez no necesite saber mucho más y sea un seductor natural en potencia, pero no veo que necesidad hay en que sepa que los reyes magos son los padres y que en cambio crea que se puede pasar de amigo pagafantas a novio. Se puede aprender por las malas, pero si se aprende por las buenas !mejor!.
2. A defenderse físicamente:
Desde niños estamos influidos por lo que pasa por nuestros ojos, en especial el cine y la televisión. Una de las cosas que toda persona desde joven debería saber es qué significa realmente pelearse, afrontar que a veces hacer daño salva vidas y sobre todo como sobrevivir a la gente violenta.
Pelearse no es ese baile con el que el heroes de la película sacude a 100 tíos sin esfuerzo, pelearse significa en la mayoría de ocasiones dolor físico y moral, sangre, huesos rotos, remordimiento, denuncias, cárcel...
Significa decirle a un niño la verdad, que quien sabe pelear es por lo general alguien que lo hace a menudo, por tanto un marginal, un matón, alguien desesperado y enseñarle como piensan y que maniobras pueden emplear para defenderse, incluso aunque estas supongan la siempre socorrida “patada en sus partes” y huir.
En vez de tanto fútbol y volteretas lo que debería enseñarse en gimnasia es eso, a como evitar pelearse, como golpear puntos vulnerables si es necesario y sobre todo a salir pitando a la menor ocasión.
La regla de oro: evitar la pelear es ganarla.
3. A relajarse y meditar:
los gobiernos se gastan al año millones de euros en campañas contra las drogas cuando una de los mejores antídotos -e incluso tratamientos- para cualquier adicción es aprender a relajarse y sentirse mejor por tus propios medios sin necesidad de medicamentos o sustancias externas.
No podría parar de enumerar la de veces que sentarme, respirar profundamente y relajarme me ha salvado de la ansiedad, el miedo o la desesperación cuando he tenido problemas. Cuando coges la costumbre cuesta mucho prescindir de algo tan simple y poderoso como es reconectar con tu autentico yo, la autentica personalidad que se esconde detrás de los interminables diálogos internos que tenemos todos desde que nos levantamos por la mañana.
Por supuesto nadie enseñará eso a los chavales ya que son un público especialmente vulnerable a la publicidad y al consumo…
4. A valorar el poder de las redes sociales:
Y no me refiero al Facebook o al Tuenti, si no a las de verdad, al hecho de tener buenos amigos y saber conservarlos con el paso de los años.
Desde la adolescencia hasta la treintena uno no deja de hacer amigos, pero a partir de ahí dejas de hacerlo ya que cada cual acaba haciendo su vida: unos se trasladan a vivir lejos, le pierdes la pista a otros, los hay que se centran en su novia-mujer-familia y desaparecen…
A no ser que te dediques a la seducción -en cuyo caso tus habilidades sociales siempre están en forma y siempre haces nuevas amistades- o tengas un trabajo que te obligue a relacionarte lo más probable es que tengas suerte si al llegar a los 40 te queden 3 o 4 amigos !como mucho!.
Los profesores quieren a los niños calladitos, quietos y atentos, les dicen “no habléis, atended y seréis hombres de provecho” cuando en realidad uno de los secretos del éxito -uno de ellos, también es importante perseverar y tener un mínimo talento- es precisamente hablar, hacer contactos, tener “enchufes”, recomendaciones…
A veces llegas a la cumbre después de luchar durante años para darse cuenta que estás más solo que la una en lo alto ¿compensa eso? Yo creo que no.
5. A distinguir orgullo de dignidad:.
La dignidad personal, exigir un mínimo respeto por parte de los demás incluso a costa de imponerse o discutir (como último recurso) es algo esencial. Pedir que a uno le traten como un ser humano, que le tomen en serio como persona, que no te humillen o se pasen contigo, eso es defender tu dignidad y no hay nada malo de ello.
Otra cosa muy distinta es el orgullo, el orgullo no sirve para nada.
El orgullo es creerte mejor por mera convención social, porque te lo han dicho, porque “es tradición”, por que si, por que “yo lo valgo”, por que “prefiero perder a que gane el otro”, por que “no voy a ser menos”
El orgullo solo te mantiene como un ignorante cerrado de mente y sin más recurso que reaccionar ante cualquier elemento externo que bien podría no solo no ser una amenaza si no enriquecer tu vida y aportarte algo de sabiduría.
La dignidad es la nobleza de no permitir ser menos que alguien, el orgullo es ratificar que ya hemos perdido antes de empezar. No necesitas el orgullo para ser tu mismo, no caigas en esa trampa.
Fuente:http://www.aprendeseduccion.com/?p=1096